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Grosso se fué de urgencia en su peta hasta Villazón

La Paz.- Una urgencia familiar evitó que Damián Grosso pueda despedirse de la dirigencia atigrada, cuerpo técnico y sus compañeros de equipo. A diez días de su partida de la sede de gobierno, el arquero admite que no fue lo mejor, pero menciona su firme deseo de retornar el 2010 al pórtico de The Strongest.
Sin embargo, el viaje a Buenos Aires tuvo una gran particularidad. Por la premura, el golero agarró la peta Volkswagen que utilizó durante todo el año y decidió comenzar el largo recorrido.

“Mi señora está embarazada de siete meses y tuvo una complicación, de tal forma que fue una urgencia que no me dio el tiempo necesario para despedirme de toda la gente del club, que me trató muy bien durante el año”, asegura el argentino.

El pequeño vehículo en el que Grosso trasladaba a sus compañeros a las prácticas de Achumani, esta vez tuvo como único acompañante a Ticoco, el perro callejero que Grosso adoptó y que ahora se encuentra en la capital argentina. “El camino iba a ser largo, por ello decidí que me acompañe Ticoco”, relata.

Mientras el equipo se aprestaba a jugar el partido definitivo con Real Potosí, Grosso partió. Primero hasta Oruro, luego subió a Potosí y desde allí hasta Villazón, ciudad ubicada en la frontera con la República Argentina (La Quiaca - provincia de Jujuy), donde dejó el auto para tomar otro medio de transporte que lo llevó a casa.

“La peta se portó 10 puntos, no me dio ningún problema, no se pinchó una sola llanta y sólo le aumentamos gasolina en cada estación. Seguro creían que no iba a llegar”, sonríe al otro lado de la línea telefónica y de fondo se escuchan los ladridos de Ticoco.

El arquero, que se encuentra en la última etapa de recuperación de la operación en una de sus rodillas, asegura que tiene todo arreglado con el presidente del club, Sergio Asbún, para retornar al equipo en el 2010.

“Con el presidente arreglamos mi continuidad, todos los directivos y Sandro (Coelho) se portaron bien conmigo antes y después de la lesión. Les pido perdón por la forma en que me fui, pero era una urgencia, ahora sólo espero que me llamen para retornar y depende de ellos, porque yo no tengo ningún problema. En La Paz estuve muy cómodo”.

Grosso está consciente de que si la dirigencia del Tigre decide no llamarlo, el arco atigrado se encuentra en buenas manos con la presencia de Gustavo Fernández y Luis Galarza. “Son dos buenos arqueros y que van a crecer mucho más. Si vuelvo, voy a pelearles lealmente el puesto y, si no es así, la hinchada del Tigre tiene que estar tranquila, porque tiene a dos buenos valores”, destaca.

La peta se encuentra por el momento en Villazón y está a la espera de emprender el camino del retorno hasta La Paz.

“Si regreso, el auto ya me espera, y junto con Ticoco volveremos a pasar la angustia que sufrimos entre Potosí y Villazón, donde el camino está infernal, pero no hay problema en hacerlo otra vez. Tengo ganas de volver”, finalizó Grosso.

Marcas, La Razon

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