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Recuperaron a joven argentina, víctima de trata y tráfico

Fue posible merced a la eficiente tarea desarrollada por el Consulado Argentino en la ciudad fronteriza boliviana.

El caso que estremeció a la ciudad fronteriza de La Quiaca fue resuelto con la recuperación de una joven, víctima de las garras de sus captores.
La pequeña, alumna de primer año de una escuela secundaria quiaqueña, fue secuestrada por desconocidos a la salida de una actividad educativa en Bolivia, a plena luz del día, sin dejar rastro alguno.

Su familia y las autoridades solicitaron la ayuda del Consulado Argentino en Villazón, a cargo de Reina Sotillo de Galgano.

La víctima, una chica argentina, tímida e inocente por su modo de vida, estaba en manos de antisociales peligrosos, que ponían en situación de grave riesgo a la niña ante cualquier acción por recuperarla.

La Cónsul logró comunicarse con la niña a través de una red social y llegó a ella uniendo pistas casi invisibles, a través de un trabajo que se extendió durante varios días, junto a los padres de la víctima, desde el día  que sustrajeron a la joven.

Luego de 23 días, en horas de la madrugada, los captores se dieron por vencidos y devolvieron a la niña argentina.

La chiquita presentaba las evidencias de un gran sufrimiento físico y emocional ya que fue obligada a prostituirse bajo el efecto de drogas en un conocido burdel de la vecina localidad.
Cuando quisieron rescatarla fue trasladada hasta Sucre (Bolivia) por sus captores para realizar el mismo trabajo. l momento de recuperarla se hizo necesario el traslado urgente a un centro de salud especializado de la Argentina.

Hoy  el banco de primer año de la escuela a la que asistí la joven  sigue vacío pero el drama es tan sólo un mal  recuerdo; tuvo un final feliz se puede decir porque logró salvarse una vida.
Los padres y la Cónsul le ganaron la partida a los antisociales. Por razones legales no se pueden suministrar más datos. LEA, que investigó en profundidad esta sustracción de persona y gravísima violación a la ley, pudo corroborar que quienes se dedican a esta actividad tienen todo bien planificado; incluso vigilaban  el domicilio particular de la víctima y en reiteradas oportunidades amenazaron con tomar represalias contra su familia.

Nuestro medio  consultó directamente a la Cónsul, que estuvo bajo el fuego de una situación terrible causada por antisociales muy peligrosos. La diplomática solamente  pidió agradecer al fiscal, a la Policía de Bolivia, Gendarmería Nacional, a los gobiernos argentino, boliviano y al Embajador Horacio Macedo por el apoyo brindado en este caso ejemplar y digno de reconocimiento.

Esto  debe  poner en alerta a la sociedad, especialmente a los padres, abuelos, hermanos y docentes frente a un flagelo que todavía no se detiene en la frontera norte del país.

Periódico LEA

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