Mojo (1972) era un lugar de exquisito aroma y de abundante agua, población histórica por muchos aspectos.
Es por eso que merece mucho respeto, Mojo hoy solo es un pueblo fantasma sus desiertas calles, sus casas derribadas y sus habitantes olvidados por el viento el tiempo y los mismos hombres semejan zombies que deambulan buscando el pasado perdido.
Hace mucho tiempo en este pueblo vivia mucha gente, todos trabajaban. "La maldición de la campana es una historia muy antigua ". Cuando comenzó la guerra con los españoles muchos soldados pasaban por ahí unos al norte, otros al sud, pero para ese entonces ya se encontraba en camino una campana que venía para la iglesia, desde España , que al saber que la guerra había comenzado, los que traian la campana dieron vueltas y vueltas, para que llegase a su destino, como toda cosa de Dios siempre llega a su destino, pero al llegar la campana, se anoticiaron que llegaban tropas del sud, y como es sabido los soldados buenos o malos siempre buscan oro, en esta población todos tenían oro, entonces decidieron fundir su oro, bañando la campana y ocultándola, pero la campana era muy grande, pues lo único que quedaba era enterrarlo en un profundo hoyo junto al rio. De modo tal que quedó formado un cerrito que con el tiempo fué creciendo no pudiendo ser desenterrada, a la campana le habia maldecido quién lo envió, sino llegaba a colocarse en la torre de la iglesia. Desde entonces Mojo se pierde cada vez, y de vez en cuando se escucha el tañido de una campana lejana, como si viniese debajo de la tierra, y cuando se escucha su sonido se sabe que algo malo pasará.
Tal fué como sonó la campana enloquecida antes del conflicto de la guerra del chaco.
Extraido de: estudio monográfico "de la Capital y Provincia".
Autor : Edgar Daniel Soruco Mendoza.
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