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Enigmático petroglifo en Villazón muestra un antiguo eclipse de luna

Tiene casi un metro de diámetro, exhibe en medio de un círculo figuras humanoides, zoomorfas y presumiblemente fueron plasmadas en la pared de una roca por los antiguos Chichas, podría ser la reproducción de un ECPLISE LUNAR, y tendría una antigüedad de más de tres mil años, se encuentra en el cañadón de Sococha a 20 kms. al este de Villazón.

Este enigmático tesoro arqueológico del pasado de nuestro planeta, forma parte de un conjunto de petroglifos, jeroglíficos, pinturas rupestres descubiertos desde junio de 1954, por Dn. Alfredo Saiquita Castillo, un inquieto explorador e investigador que hizo un detallado inventario de los sitios arqueológicos en la Provincia Modesto Omiste y Sud Chichas, al sur del departamento de Potosí.

Enigmático petroglifo en Villazón

La revista Nuevos Horizontes de EL DIARIO, se permite entregar a sus lectores este trabajo de investigación sobre la milenaria cultura de los Chichas, en la perspectiva de que las futuras generaciones tengan una percepción e información apropiada en torno a las etnias que se asentaron al sur de Bolivia y el norte de la Argentina.

Los hombres y mujeres del campo desde épocas remotas, desarrollan sus faenas siguiendo las diversas fases de la luna, para echar la semilla en la siembra del maíz, la pesca, la esquila de la fibra de sus animales, la poda e injerto de árboles frutales y otras actividades cotidianas.

Muchos investigadores coinciden en afirmar que los antiguos Chichas, fueron descendientes directos de los Arawacks, llegaron a este continente hace 12.000 años desde la Polinesia navegando por el océano Pacífico, cruzaron el desierto de Atacama para asentarse en ALOTA (Sud Lípez), desde esta meseta se extendieron por todo el sur del Alto Perú (Bolivia), hasta más abajo de Humahuaca (Argentina).

Enigmático petroglifo en Villazón

DESDE LOS LIPEZ A LOS VALLES DEL RÍO SAN JUAN DEL ORO

Expertos en arqueología, aseguran que esta milenaria etnia se desarrolló en la meseta de los Lípez, eran semi nómadas utilizados como guerreros al servicio del soberano inca cuyos dominios abarcaban desde el Ecuador hasta el norte de la Argentina y Chile.

En la cuenca de los ríos San Juan del Oro, Cotagaita, Cazón, Toropalca, Calcha, Tumusla, Vitichi, Chini Mayu (Cinti) se concentraron antiguos habitantes, debido a que había bastante agua para subsistir, tenían como fuente de alimentación la caza de animales silvestres: ciervos, patos, perdices, conejos; recogiendo frutos silvestres, pescando en ríos y lagunas; con el transcurso del tiempo aprendieron a sembrar el MAÍZ y otras hortalizas.

En las pinturas rupestres y petroglifos, se advierten secuencias de cómo cazaban animales estas milenarias etnias.

Los antiguos Chichas, utilizaban agudas lanzas, arcos y flechas con púas labradas en piedra, gradualmente domesticaron animales como a la llama, tras la llegada de los españoles criaron ovejas, cabras y aves de corral, adoptaron como animal de transporte a los burros, mulas y caballos, éste último se constituyó en el compañero inseparable de estos hombres.

Con el transcurso del tiempo, se conso-lidaron como expertos jinetes para montar “en pelo” (sin montura o silla), conformaron los famosos escuadrones de la legendaria CABALLERÍA CHICHEÑA, diestros para el combate utilizando agudas lanzas y mache-tes.

SOCOCHA CONSERVA ENIGMÁTICOS MENSAJES DEL PASADO MILENARIO

Pese al tiempo transcurrido, la cultura y presencia de los antiguos CHICHAS, se mantiene incolume y Sococha es el testimonio más fehaciente de esta milenaria etnia guerrera, este tesoro arqueológico del pasado misterioso hoy concentra la atención de los visitantes nacionales y extranjeros.

“Sococha, fue un centro distribuidor -dijo el Cap. Nav. Alfredo Saiquita- conectaba a Mojo por Selocha y Moraya por Lonte, esta ruta, era la más directa hacia Suipacha, Yuruma y Topexa.”

“En esta ruta prehispánica, existen caminos de piedra, adoquinados, trabajos de ingeniería hidráulica, tambos (paradas), pukaras (miradores), centros ceremoniales que las autoridades del sector de nuestro país se niegan a reconocer”, sostuvo Saiquita.

La milenaria etnia o cultura de los CHICHAS, se extendió al norte hasta Tuctapari, (cerca a Potosí) al este hasta el Cañón de Cinti, al oeste hasta Atacama y Los Lípez y al sur, hasta Humahuaca (Argentina).

Presumiblemente los antiguos Chichas a su retorno del Ecuador después de librar feroces combates en la guerra entre Huascar y Atahuallpa trajeron en sus alforjas algunas costumbres, es el caso de los “TAMALES” y las “Chirriadas”, bocadillos elaborados con maíz molido.

En sus permanentes expediciones por el área rural, Saquita Villanueva, junto a su señor Padre, descubrió los sitios arqueológicos: Kanta Kala, Tinuko, Humamalllku, Kullumpamapa.

“MAUKALLAJTA” LA CIUDAD PERDIDA

Uno de los sitios arqueológicos que con-centra la atención de los investigadores es Mauka Lllajta (Pueblo Antiguo) de los Chichas, este poblado tal vez la más grande de su época, tiene una superficie o mancha urbana de construcciones de 7 kms. de largo por 2 kms, de ancho, se encuentra a 6 kms, del actual poblado de Yuruma (Prov. M. Omiste).

Algunos arqueólogos, tienen la hipótesis que Mauka Llajta, fue devastada por un terremoto, pues solo quedaron los cimientos de las antiguas viviendas y que sus pobladores por seguridad se dispersaron y se asentaron en otras regiones del sur del Alto Perú.

Después de Mauka Llajata, también se ubi-can Chipihuayco y Chuquiago, ciudadelas y centros ceremoniales de los antiguos CHICHAS.

EL QAPAJÑAN: RED VIAL INCAICA

En la época prehispánica, el continente sud-americano, estaba unido por el Qapajñan (Camino del rico), desde Pasto (Colombia), hasta Calahoyo (Argentina), tenía una longitud superior a los 7.000 kms., por donde se desplazaban, las caravanas de los antiguos comerciantes, arrieros de llamas, que trans-portaban productos diversos de sur a norte y viceversa, con “tambos” (paradas) intermedias.

Sobre este camino prehispánico, Saiquita Villanueva, tiene una hipótesis: “la ruta utili-zada por los Chichas antes de la invasión inca, era perfecta, los tambos ubicados en puntos estratégicos, eran seguros, abastecidos por varias poblaciones a lo largo y ancho del suelo chicheño, es decir, las expediciones salían de Tilcara, luego a Huamahuaca, Yavi, Yanalpa, Sococha, Tojo, Livi Livi, hasta llegar a Reynecillas e ingresar al Cañón de Cinti, evitando trepar a la meseta alta de Tajsara (Tarija), para culminar el trayecto en Salitre y poder descen-der al valle de Padcaya.

LO AUTÉNTICO DE LOS CHICHAS EXISTE, TESOROS DEL PASADO LO CONFIRMAN

En su edición 1.043 (4 dic. 2012) la revista Nuevos Horizontes, publicó los petroglifos y pinturas rupestres descubiertos en el Cañón de Cinti, cerca a Camargo, de alguna forma tienen relación con la cultura de los Chichas, y son objeto de investigación por los especialistas.

Osvaldo Rivera Cruz, Presidente del Comité del Centenario de Villazón (Segundo Nivel), junto a su directorio con patrocinio de YPFB, editaron un libro que se constituye en un aporte al trabajo de investigación, por cuanto los disertantes de un Foro de Debates (mayo del 2009) expusieron aspectos históricos y científicos sobre las milenarias etnias que con el transcurso del tiempo dieron paso a la fundación de Villazón en l909.

No se puede ignorar el pasado ni la vigencia de los CHICHAS, sus mensajes, están plasma-dos en rocas, cuevas, tanto en la cuenca del río San Juan del Oro y en el Cañón de Cinti, (Camargo y Villa Abecia).

Antenor Fernández Yañez cel. 73041229

Vía: El Diario

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